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FINAD Market View
Abril 2022

7 mins read
abril 4, 2022

Resumen ejecutivo

  • El entorno macroeconómico actual es posiblemente el más peligroso para los activos de riesgo desde la crisis financiera y marzo de 2020.
  • La mayor parte de los impulsos negativos del mercado que observamos hoy ya estaban presentes antes de la guerra de Ucrania, por lo que un posible alto al fuego no implicaría automáticamente el fin de las preocupaciones para los mercados.
  • La Fed ha optado por luchar contra la inflación en lugar de promover el crecimiento y la estabilidad del mercado financiero.
  • Los choques de oferta negativos son inflacionarios a corto plazo, pero desinflacionarios (destrucción de la demanda) a medio plazo.
  • En este entorno, creemos que las estimaciones de consenso sobre el crecimiento del PIB estadounidense siguen siendo demasiado elevadas. Suponemos que la repercusión de la desaceleración del crecimiento marcará el punto más bajo final y sostenible de la actual fase bajista y ofrecerá puntos de entrada atractivos para los activos de riesgo.
  • Por lo tanto, en los próximos meses contamos con que la volatilidad seguirá siendo alta hasta que los principales riesgos geopolíticos se hayan disipado y los mercados hayan descontado completamente las menores perspectivas de crecimiento.

La Fed persigue la inflación

  • Los bancos centrales de la Reserva Federal están intranquilos por las altas tasas de inflación, los nuevos choques de oferta relacionados con la guerra y las crecientes críticas de que no reaccionan con la celeridad debida.
  • Por esta razón, ahora han pasado a un plan de subidas de tipos retórico aún más agresivo que el que sugirieron hace dos semanas.
  • Puede que China haya tenido su “momento de ahora o nunca” en marzo, pero ahora realmente son necesarios estímulos a corto plazo. El riesgo geopolítico general se mantiene (con riesgos de cola de una escalada/desintegración entre China y Estados Unidos).

Evolución de los mercados

Mundo
  • El índice de bonos agregados de Barclays ha tenido su peor comienzo de año (-6,8 % interanual) en los 30 años de los que disponemos de datos.
  • Los rendimientos a 10 años en Estados Unidos han subido casi 100 puntos básicos en lo que va de año.
  • El diferencial de los tipos de interés en EE. UU. entre los bonos a 2 y 10 años ya se ha invertido brevemente; si la inversión continúa, será un indicio de que aumenta la probabilidad de recesión en EE. UU.
  • Esta coyuntura ha puesto en aprietos a las carteras tradicionales 60/40 y a las estrategias de paridad de riesgo.
  • Curiosamente, los rendimientos reales a 10 años de EE. UU. se mantienen más o menos sin cambios desde el inicio de la guerra de Ucrania, mientras que los rendimientos nominales han aumentado 50 puntos básicos.
  • Mientras tanto, la renta variable ha recuperado alrededor del 50 % de su caída (desde el valor máximo hasta el mínimo), alcanzando un nivel de retroceso “normal” para un repunte en contra de la tendencia.
Europa
  • Para la zona euro se han publicado los índices de gestores de compras de marzo, los primeros desde el estallido de la guerra.
  • El PMI compuesto de la eurozona se mantiene en sólido territorio expansivo con un valor de 54,5, frente a la previsión del consenso de Bloomberg de 53,8.
  • La dependencia energética de Rusia y Ucrania seguirá siendo una de las principales preocupaciones en los próximos trimestres.
Suiza
  • Tras alcanzar a principios de marzo su máximo de varios años (EUR/CHF a la par), el franco se ha vuelto a debilitar un poco.
  • En su escenario de referencia para 2022, el BNS asume ahora un crecimiento del PIB de alrededor del 2,5 %, mientras que anteriormente había estimado un 3 %.
  • También ha duplicado su previsión de inflación para este año, hasta el 2,1 %, tras haber previsto previamente el 1 %.

La renta variable tendrá que repercutir en algún momento la desaceleración del crecimiento

En cierto modo, 2022 se está convirtiendo en la imagen opuesta al año 2020. Mientras que la Reserva Federal estimuló en 2020 de forma procíclica hacia una fuerte recuperación económica, este año está endureciendo también de forma procíclica la política monetaria hacia una desaceleración del crecimiento. También se observan otros contrastes en el mercado de materias primas (por ejemplo, precio negativo del petróleo en 2020 frente a la explosión del níquel en 2022).

Esperamos que las condiciones financieras se endurezcan aún más (de forma acusada) en el segundo y tercer trimestre. Es poco probable que la Reserva Federal reciba señales de sus estadísticas (atrasadas) sobre el mercado laboral o la inflación que la lleven a reconsiderar en breve su postura de endurecimiento sin que los mercados financieros se rebelen.

  • Ahora esperamos subidas de los tipos de interés en EE. UU. de 50 puntos básicos en mayo y junio, así como el inicio del endurecimiento cuantitativo (QT) en mayo.
  • Al mismo tiempo, las perspectivas de los beneficios de las empresas se están ensombreciendo este año. Las revisiones de los beneficios globales de los analistas han pasado a ser negativas, lo que constituye una señal de que una recesión de los beneficios se convertirá en un riesgo para los mercados más adelante en este año.
  • Según el Bank of America, en los últimos 60 solo ha habido cinco años en los que los beneficios han caído mientras los tipos de interés y la inflación han subido: en todos y cada uno de esos cinco años, la rentabilidad del S&P 500 fue negativa.
  • La conclusión es que la historia muestra que las posibilidades de un “aterrizaje suave” de la Reserva Federal son escasas y que la probabilidad de una recesión en Estados Unidos es cada vez mayor.

A pesar de estas perspectivas negativas a medio plazo, en las últimas dos semanas hemos asistido a un fuerte repunte en contra de la tendencia.

  • El repunte se vio alimentado por un sentimiento bajista extremo, las condiciones de sobreventa, la dinámica del mercado de opciones (coberturas que expiran) y el reajuste de fin de trimestre.

Debe tenerse en cuenta que los movimientos de las cotizaciones suelen afectar al sentimiento de mercado, y en los mercados actuales todo sucede mucho más rápido.

La actual justificación implícita del “FOMO” o temor a perderse algo en relación a la renta variable podría ser algo así: “Estamos en un entorno de estanflación, por lo que la renta variable es mejor que los activos de rendimiento negativo (tras descontar la inflación), como los bonos o el efectivo”.

Sin embargo, creemos que esta mentalidad se pondrá en tela de juicio si la desaceleración del crecimiento toma carrerilla, lo que actualmente creemos que ocurrirá a mediados o finales del segundo trimestre. Es probable que en ese momento confluyan varios factores negativos en el mercado, como la doble subida de los tipos de interés en 50 puntos básicos, el inicio de la QT, un pico de la inflación, los primeros indicios de destrucción de la demanda provocada por la crisis de materias primas y el debilitamiento de las previsiones de las empresas (presión sobre los márgenes).

Posicionamiento

Somos escépticos en cuanto a que el actual movimiento contrario resulte sostenible, ya que la mayoría de los impulsos negativos del mercado a medio plazo siguen intactos. Además, no hemos visto ninguna capitulación real en la renta variable. Las elevadas asignaciones a la renta variable muestran que los inversores a largo plazo y los minoristas no están preparados para los temores de recesión.

Creemos que el mercado crediticio será la clave que debemos observar para detectar cuándo se descuenta la ralentización del crecimiento en Estados Unidos.

  • Si se mantienen las correlaciones habituales, el debilitamiento del ciclo crediticio hará que los rendimientos de la deuda pública a largo plazo vuelvan a bajar en la segunda mitad del año.
  • La historia también muestra que podemos esperar el siguiente rendimiento relativo tras la primera inversión de la curva de rendimiento:
    Renta variable estadounidense > Resto del mundo; Growth > Value; Empresas grandes > pequeñas; IG > HY.

Para nosotros, la gestión de los riesgos sigue siendo una prioridad absoluta en este contexto. Desde octubre de 2021 venimos preparando gradualmente nuestras carteras para un periodo de alta volatilidad, reduciendo el crédito y la renta variable y aumentando el efectivo, el oro y las alternativas, y seguimos posicionados de forma defensiva.

No obstante, pueden surgir riesgos al alza para la renta variable si el crecimiento de los beneficios resulta mejor de lo esperado, si Occidente reanuda el “dinero helicóptero” o si China adopta medidas de estímulo inesperadamente sustanciales.

Gráfico

Ante la tendencia de inversión de la curva de rendimientos en Estados Unidos y los consiguientes temores económicos que la acompañan, los valores de calidad con balances sólidos vuelven a repuntar. Un índice de acciones con sólidos balances elaborado por Goldman Sachs ha superado a los valores con balances débiles en casi un 5 % desde el 14 de marzo.

Balances fuertes y débiles (1 año)
Fuente: Bloomberg, Barclays, Morgan Stanley, Kepler Cheuvreux, Nordea, Goldman Sachs, The Market Ear, Credit Suisse, Bernstein, MacroCompass, Financial Times, Finanz und Wirtschaft, Reuters, Data Trek, Citigroup, Bank of America

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